Maduro considera diálogo con Estados Unidos en medio de tensiones
CARACAS, Venezuela., noviembre 23 (ANSA/EL UNIVERSAL).- El presidente venezolano Nicolás Maduro, ante la apertura de una ventana al diálogo que le lanzó la Casa Blanca, en medio de tensiones con Estados Unidos por el masivo despliegue militar en el Caribe, optó por una respuesta menos beligerante, haciendo uso de un tono festivo en sus más recientes intervenciones públicas.
Maduro, quien cumple 63 año hoy, estuvo el viernes bailando al ritmo de una canción popular que incluye las frases “plis pitz forever, no crazy war”, interpretada en un acto público transmitido por “Venezolana de Televisión” (VTV).
La noche del sábado asistió al estreno de una serie de televisión dedicada a su vida, “Nicolás… De Yare a Miraflores“, proyectada en un teatro en el centro de Caracas.
Estos gestos, descritos por analistas como un intento de desdramatizar la crisis, se produce en el contexto de la operación “Lanza del Sur” de Washington, que involucró desde agosto el envío de buques de guerra, aviones de combate y más recientemente el portaaviones USS Gerald R. Ford a aguas cercanas a Venezuela, el mayor despliegue estadounidense en la región en décadas, según el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), con sede en Washington.
Caracas respondió con ejercicios militares bajo el “Plan Independencia 200“, movilizando a 200.000 efectivos, según el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López.
En tanto, la serie biográfica sobre Maduro constará de un total de siete capítulos, fue producida por el Movimiento Futuro del cercano colaborador del mandatario, el ministro Héctor Rodríguez. En esta producción, se aborda desde su infancia en Caracas hasta su poder actual, destacando su militancia en la Liga Socialista, una organización local vinculada estrechamente con la Cuba de Fidel Castro, y su rol como “hijo de Hugo Chávez”.
A propósito del cumpleaños del mandatario venezolano, enzarzado en una fuerte diatriba en particular con el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, en esa dependencia estadounidense, según The Washington Post, se evaluó lanzar panfletos sobre Caracas este domingo recordando la recompensa de 50 millones de dólares por información que lleve a la captura de Maduro, duplicada en agosto por la fiscal general Pamela Bondi por cargos de narcotráfico y terrorismo.
La acción, propuesta para coincidir con el cumpleaños y maximizar su impacto psicológico, fue aparentemente descartada, siguiendo la línea de la Casa Blanca de que Donald Trump le dará una oportunidad de diálogo a Maduro.
Trump insistió el viernes, por tercera ocasión en los últimos días, que está dispuesto a dialogar con Maduro, mientras que los venezolanos y analistas de seguridad dentro de Estados Unidos esperan la activación de acciones militares terrestres, tras una veintena de ataques contra embarcaciones en aguas internacionales, que según el Pentágono estaban cargadas de drogas, con un balance preliminar de 80 personas fallecidas en dichos ataques en el Caribe y el Pacífico Oriental.
En la última semana, ciertamente, mermó el lenguaje beligerante desde Washington hacia el régimen chavista, acusado de forma reiterada de “narco-terrorista” así como puesta en duda la legitimidad de la presidencia de Maduro.
Expertos como Elizabeth Dickinson, del International Crisis Group, advierten que el despliegue altera el equilibrio regional en el sur del Mar Caribe, aunque no de una magnitud para proyectar una invasión a Venezuela.
“Aunque sustancial, el despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe no es ni de lejos de la magnitud probablemente necesaria para montar una invasión”, expresó.
Partiendo de esto señalado por Dickinson y otros analistas de seguridad, es probable que, si la Casa Blanca activa la anunciada “fase 2“, esta esté enfocada en acciones militares o de inteligencia en terreno, pero de carácter acotadas, orientadas a blancos específicos sin que tenga lugar un despliegue de tropas estadounidenses en el terreno.
La noche del jueves, Maduro denunció la presencia activa de agentes de la CIA en territorio venezolano. Según el mandatario, el objetivo de estas operaciones sería atacar infraestructuras estratégicas de la nación sudamericana.
