Emotivo adiós para Francisco

Ciudad del Vaticano.- Dirigentes mundiales y fieles católicos despidieron a Francisco el sábado en un funeral que destacó su preocupación por la gente de “los más periféricos de las periferias” y reflejó sus deseos como pastor. Aunque presidentes y príncipes asistieron a la misa en la Plaza de San Pedro, reclusos y migrantes lo recibieron en la basílica al otro lado de la ciudad donde fue enterrado.
Unas 250,000 personas asistieron al funeral en el Vaticano, según cifras de la Santa Sede, y 150,000 más se alinearon a lo largo de la ruta del cortejo fúnebre en el centro de Roma para presenciar la primera procesión fúnebre de un papa en un siglo.
El cardenal Giovanni Battista Re, de 91 años y decano del Colegio Cardenalicio, pronunció una homilía extensa, animada y muy personal. Describió al jesuita argentino como el papa del pueblo, un pastor que sabía comunicarse con “los más pequeños” con un estilo informal y espontáneo.
“Fue un papa del pueblo, con un corazón abierto hacia todos”, dijo Re. Fue aplaudido por la multitud cuando recordó la constante preocupación del pontífice por los migrantes, incluyendo la misa que ofició en la frontera entre Estados Unidos y México y su viaje a un campo de refugiados en Lesbos, Grecia, de donde sacó a 12 migrantes y los llevó a casa con él.
“El hilo conductor de su misión fue también la convicción de que la Iglesia es un hogar para todos, un hogar con sus puertas siempre abiertas”, agregó Re y señaló que con sus viajes, incluyendo su última gran gira por Asia el año pasado, llegó a “los más periféricos de las periferias del mundo”.
“Siento mucho que lo hayamos perdido”, dijo Mohammed Abdallah, un migrante sudanés de 35 años de edad que fue una de las personas que recibió a Francisco en su última morada. “Francisco ayudó a tanta gente, a refugiados como nosotros, y a muchas otras personas en el mundo”.
A pesar de la atención que Francisco dedicó a los desamparados, los poderosos estuvieron presentes en su funeral. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el expresidente Joe Biden; el de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy; el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, y el primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, se unieron al príncipe Guillermo de Inglaterra y a otros miembros de la realeza europea que encabezan más de 160 delegaciones oficiales.
Francisco había coreografiado el funeral él mismo cuando revisó y simplificó los ritos y rituales del Vaticano el año pasado. Su objetivo era enfatizar el papel del papa como un simple sacerdote y no como “un hombre poderoso de este mundo”.
Fue un reflejo de su proyecto de 12 años para reformar radicalmente el papado, hacer hincapié en el papel de los sacerdotes como servidores y construir “una Iglesia pobre para los pobres”. Articuló la misión pocos días después de su elección en 2013, lo que explicó el nombre que eligió como pontífice, en honor a San Francisco de Asís, “quien tenía el corazón de los pobres del mundo”, según el decreto oficial de su biografía que se colocó en su sencillo ataúd de madera antes de su sellado el viernes por la noche.
La fachada blanca de la basílica de San Pedro se tiñó de color rosa a la salida del sol el sábado y hordas de fieles afligidos se apuraron para entrar en la plaza y tener un buen lugar para la misa. Se instalaron pantallas de televisión gigantes en las calles aledañas para quienes se quedaron fuera del recinto.
Después del entierro comenzarán oficialmente los preparativos para el proceso centenario de elección de un nuevo papa: un cónclave que probablemente arrancará en la primera semana de mayo. Mientras, el Vaticano estará en manos de un puñado de cardenales, incluyendo a Re, que organizará la votación secreta en la Capilla Sixtina.
El cardenal alemán, Reinhard Marx, quien participará en el cónclave, dijo que la avalancha de apoyo a Francisco en su funeral mostró la clara necesidad de que el siguiente papa continúe con su legado.