COMBINABA SUS DEBERES Y OBLIGACIONES COMO JUEZ Y PADRE AMOROSO
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El Maestro en Derecho Luis Edwin Mugarte Guerrero, a través de una serie de fotografías, nos enseña que a pesar de sus múltiples actividades profesionales, también estaba la más importante, dedicación a su familia y a sus hijos.
Amoroso padre de familia, sencillo y humilde, no importaba que tan ocupado pudiera estar, siempre había tiempo para la familia, para sentarse a jugar con su pequeño hijo Emiliano, construyendo figuras y edificios con bloques.
Para disfrutar de las risas del pequeño viendo caricaturas, siempre iba de la mano con el bebé y a pesar de que no era experto en la materia, le cambiaba los pañales aunque a veces los pusiera al revés.
Incluso comentaba que era más difícil cambiarle el pañal a «Emi», que cualquier audiencia delicada.
Otra de sus facetas recordando su humilde origen, a niños pobres que conocía les regalaba su piñata y pastel, recordando con lágrimas en los ojos, que en su infancia solo una vez le festejaron su cumpleaños.
Recordaba que la piñata estaba muy maltratada, con dulces baratos y un pastel todo feito, se rompió la piñata en la casa de sus padres en el sur de Mérida, no tenía piso, en la tierra recogieron los dulces, sin embargo fue muy feliz.
Cuando veía a alguien necesitado, siempre estaba dispuesto a ayudarlo, el año pasado en la feria del árbol de la Coca cola vio a una familia humilde con 3 hijos y le comentó a su ‘Flaca», mira a los pequeños solo miran los juegos y no pueden subir por no tener los recursos y lo mismo le pasaba a el de niño.
Por unos minutos se le desapareció y cuando regresó sonreía y al preguntar qué había pasado, le señaló a los niños en unos juegos, les había comprado los boletos para que disfrutarán de los juegos mecánicos
El amigo Luis Mugarte, era sencillo, humilde y así como podía compartir alimentos en un restaurante, podía hacerlo en un puesto de tortas.
Se fue un buen hombre, tenia 46 años de edad, tenia mucho que dar, tanto a nivel profesional como familiar, los que tuvimos el honor de ser sus amigos, lo vamos a extrañar, hasta siempre su Señoría.
