Descertificación de EEUU reta política de drogas de Petro a dar más logros en Colombia

La reciente decisión de Estados Unidos de descertificar a Colombia en el cumplimiento del control de drogas por primera vez en casi tres décadas, desafía y cuestiona la política antidrogas del presidente Gustavo Petro al exigirle resultados que implicarían medidas más agresivas que hasta ahora ha evitado alegando que así protege a los campesinos que cultivan las hojas de coca.
La descertificación, con una exención para no afectar la asistencia a Colombia, significó una reprimenda a la política de drogas que ha implementado Petro, en la que ha intentado cambiar el enfoque represivo, para dar prioridad a la concertación con los cultivadores y la persecución de grandes capos.
La administración Trump indicó que considerará cambiar la designación por incumplimiento en el futuro si el gobierno adopta medidas más agresivas para erradicar los cultivos ilícitos, reducir la producción y el tráfico.
“Bajo el liderazgo del presidente Petro, el cultivo de coca y la producción de cocaína han alcanzado niveles récord, mientras que el gobierno colombiano ni siquiera ha cumplido sus propias metas de erradicación de coca”, indicó el Departamento de Estado en la designación.
El área de cultivos de hoja de coca alcanzó las 253,000 hectáreas en 2023, según las últimas cifras disponibles de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. Mientras en lo que va del año han reportado la erradicación 5,048 hectáreas de coca, aún lejos de la meta de 30,000 prometidas por el gobierno.
Sin embargo, el gobierno colombiano considera que debían mantener la certificación por resultados como el récord de incautación de cocaína que alcanzó las 884 toneladas en 2024 y la extradición a Estados Unidos de personas requeridas por narcotráfico.
“Quiere un presidente títere”
Estados Unidos aclaró que considera que las fuerzas de seguridad y las autoridades locales en Colombia han demostrado su capacidad para enfrentar a los grupos criminales, pero responsabilizó del incumplimiento “a su liderazgo político” nacional.
“Simplemente Estados Unidos participa en política interna de Colombia, quiere un presidente títere”, reclamó Petro desde la red social X. “El pueblo colombiano responderá si quiere un presidente títere como el que vendió a Panamá o quiere una nación libre o soberana”, agregó.
Petro ha insistido desde que llegó al poder que quiere una relación de iguales con Estados Unidos, en vez de una de subordinados y ha sido crítico con algunas de las principales apuestas de Trump como la política antiinmigración con la deportación aérea y la incursión militar frente a las costas de Venezuela, lo que ya había tensado las relaciones.
Petro ha dicho que no está dispuesto a estar “bajo chantaje” de Estados Unidos por la asistencia e indicó que las fuerzas militares colombianas dejarán de depender del armamento estadounidense. “A mí no me preocupa la ayuda de los Estados Unidos”, declaró la víspera.
Resultados difíciles de conseguir
Elizabeth Dickinson, analista senior para Colombia del International Crisis Group, aseguró a The Associated que el país sudamericano tendrá un dilema para aumentar en el corto plazo los resultados tal como pide Estados Unidos y aspirar a volver a ser certificado.
En caso de que decidiera volver a fumigar de forma aérea con el herbicida glifosato, tendría que iniciar un proceso legal para que la Corte Constitucional levantara la prohibición que mantiene desde 2015 al considerarlo peligroso para la salud.
Sin embargo, eso implicaría un cambio en la política de drogas de Petro, que ha criticado su uso en anteriores gobiernos y que sólo lo ha propuesto recientemente para las comunidades en donde se ataque a la fuerza pública.
De otro lado, agrega Dickinson, podría incrementar la erradicación manual de hojas de coca — que es lo que ha implementado Petro hasta ahora — pero se trata de un proceso costoso, lento y riesgoso porque los cultivos ilícitos se encuentran en lugares con presencia de grupos armados.
Petro ha priorizado ofrecer planes de sustitución de cultivos ilícitos a las poblaciones que dependen de ellos de manera voluntaria.
Sin embargo, Dickinson advierte que un proceso de sustitución suele fallar hasta que no se mejoren las condiciones estructurales de infraestructura y acceso a servicios en zonas remotas que permitan que el cambio de economía sea sostenible en el tiempo.
Lo que hay en juego
Desde el año 2000, sucesivos gobiernos estadounidenses han destinado miles de millones de dólares en ayuda especialmente para la lucha contra el narcotráfico en Colombia.
María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana, dijo a la AP que ven con buenos ojos que no se aplicaran sanciones a Colombia por el incumplimiento en los esfuerzos antinarcóticos porque, aunque consideran que genera una percepción negativa sobre el país, no tiene por ahora impactos negativos, siendo Estados Unidos el principal socio comercial de Colombia.
Sin embargo, Lacouture advierte que si Colombia no da resultados más contundentes frente a la lucha contra el narcotráfico, Estados Unidos podría levantar la exención y afectar la asistencia a Colombia, así como oponerse a créditos en organismos multilaterales justo “en un contexto de fragilidad fiscal”.