noviembre 19, 2025

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Jubileo de la Esperanza fortalece la fe y anima las vocaciones en Yucatán

Mérida, Yucatán, 21 de septiembre de 2025.– El redoble de tambores se mezcla con los cantos que resuenan en las calles del centro histórico de Mérida. Los vecinos salen a las puertas de sus casas y los transeúntes se detienen sorprendidos: una columna interminable de monaguillos con sotana y roquete avanza por la calle 62 rumbo a la Catedral. Son más de mil niños y jóvenes que, con paso firme y sonrisa en el rostro, caminan al ritmo de la fe.

El Jubileo de Liturgia, Pastoral de Monaguillos y Pastoral Vocacional ha comenzado su momento más visible: la gran procesión que une parroquias, decanatos y comunidades de toda la Arquidiócesis de Yucatán.

La marcha que une comunidades

El ambiente es festivo y al mismo tiempo solemne. Entre banderas, batucadas y vivas, los pequeños servidores del altar levantan la mirada hacia el cielo mientras entonan oraciones.

“Cada paso lo ofrecemos a Jesús”, comenta un niño de apenas 11 años que viajó desde Peto con su grupo parroquial. La emoción es evidente en sus ojos: él, como muchos, nunca había caminado hasta la Catedral en una procesión multitudinaria.

Antes de salir, en el parque de Santa Ana, los esperaba un momento de oración. El obispo auxiliar, monseñor Pedro Mena Díaz, presidió una liturgia penitencial que preparó los corazones de todos para emprender el trayecto. “Que esta caminata sea signo de esperanza”, pidió.

Llegar a la Puerta del Perdón

La procesión bordea la Plaza Grande. El sonido de las porras juveniles se mezcla con el repique de campanas. Los fieles que pasean por el centro se detienen, algunos hacen la señal de la cruz, otros se suman espontáneamente a la oración.

Finalmente, los monaguillos atraviesan la Puerta del Perdón de la Catedral. Al entrar, el júbilo se transforma en silencio reverente. El aire huele a incienso. La celebración alcanza su punto culminante.

La Misa Jubilar

En el altar mayor los espera el arzobispo de Yucatán, monseñor Gustavo Vega, acompañado por los sacerdotes Juan Pablo Moo Garrido, rector de la Catedral, y Juan Hoil Ucán, coordinador de la Pastoral Vocacional.

La Santa Misa comienza. Durante la homilía, el Arzobispo mira a los jóvenes servidores del altar y les recuerda el sentido profundo de su misión:

“Este jubileo es un signo de que la Iglesia en Yucatán sigue viva y comprometida; nuestros niños y jóvenes son el rostro de una esperanza que se fortalece en Cristo”.

Un anuncio para el futuro

Pero la misa no solo fue celebración: también trajo consigo una noticia. Monseñor Vega anunció que los próximos dos años estarán dedicados al impulso vocacional en toda la región sur-sureste.
“El 2026 será un año de preparación. Habrá un concurso de canción vocacional, un logotipo para el Año de las Vocaciones y una oración especial”, adelantó.

Una Iglesia con rostro joven

El coordinador del Jubileo, Roger Flores Pacheco, recordó que en la arquidiócesis se calcula la presencia de unos dos mil monaguillos. “Ellos son la semilla de nuevas vocaciones”, aseguró.

Al terminar la celebración, los niños y jóvenes salieron nuevamente a la explanada. Algunos llevaban aún la emoción en el rostro, otros compartían risas con sus compañeros de parroquia. Todos sabían que habían sido parte de un día histórico.

El eco de la esperanza

El Jubileo de la Esperanza dejó algo más que cantos y procesiones. Fue una experiencia de unidad eclesial que mostró la vitalidad de la Iglesia local y su compromiso con el futuro.

Cuando las luces de la tarde caían sobre la Plaza Grande y los grupos emprendían el regreso a sus comunidades, quedaba la certeza de que en Yucatán la fe sigue caminando… y lo hace al ritmo alegre de sus niños y jóvenes, que son ya la esperanza viva de la Iglesia.

(LicantropodoDigital/J. Ordaz)

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