Un nuevo comienzo pastoral en Fátima: El padre Edwin Beltrán recibe su parroquia
Mérida, Yucatán a 27 de agosto de 2025.- Con profunda emoción y espíritu de fe, la comunidad católica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima recibió a su nuevo párroco, el presbítero Edwin Beltrán Pereira, en una solemne celebración eucarística presidida por el arzobispo de Yucatán, Mons. Gustavo Rodríguez Vega, acompañado de sacerdotes de distintas parroquias de la Arquidiócesis.

Antes de dar inicio a la Santa Misa, el arzobispo invitó al padre Edwin a tocar las campanas del templo, un gesto simbólico que convoca al pueblo de Dios y marca el inicio de su misión pastoral como guía de esta comunidad.

Durante los ritos de toma de posesión, el arzobispo recibió de los miembros del EPAP (Equipo de Pastoral Parroquial) las llaves del templo, las cuales fueron entregadas al nuevo párroco como signo de su nueva responsabilidad: cuidar con amor y esmero la casa de Dios y velar por la belleza y dignidad del lugar sagrado.

En representación del decanato, el padre Pool Balam dio lectura al nombramiento oficial del presbítero Edwin Beltrán Pereira como nuevo pastor de esta porción del Pueblo de Dios.
Un llamado al amor: homilía del arzobispo
En su breve pero profunda homilía, el arzobispo recordó el primer mandamiento de la ley de Dios: “Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo”. Expresó que “podemos fallar en muchas cosas, pero que nunca nos falte el amor a Dios ni al prójimo”, destacando que ese amor debe ser el fundamento de todo ministerio sacerdotal.

Agradeció también la labor del párroco saliente, el padre Pedro Novelo López, reconociendo su entrega tanto en la parroquia como en la cancillería. Anunció que el padre Novelo será presentado próximamente como nuevo párroco de San Buenaventura, en Homún.

Símbolos del ministerio y promesas renovadas
Durante los ritos litúrgicos, el padre Beltrán profesó su fe, renovó sus promesas sacerdotales y juró fidelidad a la Iglesia. Recibió los signos visibles de su nuevo ministerio: la pila bautismal, el confesionario y finalmente la sede parroquial, desde la cual presidirá las celebraciones y guiará espiritualmente a los fieles.

También recibió la llave del sagrario, símbolo del cuidado pastoral que debe ejercer especialmente hacia los más necesitados: los enfermos, ancianos y aquellos que no pueden asistir a la Eucaristía. El arzobispo le exhortó a mantener la luz del Santísimo Sacramento siempre encendida, como señal viva de la presencia del Señor.

Un mensaje de gratitud y compromiso pastoral
Con voz emocionada, el padre Edwin compartió su testimonio vocacional, recordando que un 13 de mayo recibió el acolitado y lectorado, y un 25 de agosto, como hoy, el diaconado transitorio. Agradeció a Dios por su llamado, a su familia por el apoyo incondicional, y a sus anteriores comunidades parroquiales: Santa María Goretti y la rectoría de San Pedro y San Pablo, presentes en la celebración.

Dirigiéndose por primera vez a su nueva comunidad de Fátima, propuso tres compromisos espirituales:
- Vivir el discernimiento diario de la voluntad de Dios.
- Convertir la parroquia en una escuela de discipulado, donde no solo seamos católicos, sino auténticos seguidores de Jesús, buscando la santificación.
- Trabajar no solo para la parroquia o la Iglesia local, sino para el Reino de Dios, siendo verdaderos trabajadores de la viña del Señor.
“Jesucristo sea nuestra única pasión. Que trabajemos por y para Él”, concluyó con fervor el nuevo párroco, entre aplausos y oraciones de los feligreses.
La jornada terminó con un ambiente de alegría y esperanza, sellando una nueva etapa en la vida de esta comunidad que, bajo el cuidado del padre Edwin Beltrán, inicia un camino de fe, unidad y servicio en comunión con toda la Iglesia.
(LicantropoDigital/Joel Ordaz)

